¡¡ El almirante mi hijita !!.
A quién lea esto quiero ubicarlo por unos minutos en un lugar muy frecuentado en todos los países del mundo.
En este caso el país es Chile, el lugar : un hipermercado, el mas prestigioso aún, y el único en esa época donde se reunía toda la élite del barrio alto de Santiago.
Les estoy hablando del conocido Jumbo .
Corrían tiempos difíciles para algunos ciudadanos de este país. Habíamos vivido experiencias muy feas, como lo era un Toque de queda que había durado mucho tiempo. Libertades individuales restringidas, lectura de bandos a través de las radios y los canales de televisión cada cinco minutos en un comienzo y cada noticiero después de dos años. Y grandes inquietudes acerca de lo que vendría en el futuro.
Bueno , en ese tiempo hacía poco mas de tres meses yo había regresado de intentar buscar una oportunidad en un país extranjero, que hoy puedo decir felizmente no se dió.
pero me ví en la obligación de volver a trabajar para recuperar el dinero que había gastado al insistir en salir tras un sueño imposible. Obligación porque no quería que mi hijo , que era un pequeño de dos años quedara a merced de una empleada en casa. esa era la única razón.
Por cierto, busqué un horario que me permitiera organizar mis obligaciones como madre y así llegué a una prestigiosa empresa de confites que me abrió sus puertas y me mostró una actividad para mi desconocida: y... me convertí en una Promotora de Ventas.
Mi producto eran los confites y los deliciosos chocolates y mi lugar de trabajo era en forma estable, el mejor supermercado de Chile: Hipermercados Jumbo.
Así un día cualquiera, en jornada de mañana pero cercano al medio día, pusé mis chocolates en una bandeja y me dirigí al sector de carnicería, pues en mi sector no había público, pero carnicerías estaban repletas de él, y era que ese día era el día de la Carne , como tenía una cantidad importante de chocolate para degustación, decidí hacer de demonio tentador entre quienes esperaban ser atendidos. Y me resultó un éxito la idea, vendí allí todo el stock que me había llevado en la bandeja, recibiendo después la felicitación de mis Jefes por la venta obtenida, pero es otro tema.
La cosa es que como me quedé sin producto volví al lugar doinde se exhibía la marca, para traer mas, y cuando me acerco un poco veo a un señor de lentes opticos, chaqueta tres cuartos azul marina y un jockey sobre su cabeza.
Tenía en sus manos no menos de 10 paquetes de un caramelo llamado Old England Toffee , y yo toda contenta me acerco hablándole, él me mira y yo pienso - yo lo conozco, y se lo digo -
-Yo a Ud. lo he visto en alguna parte, él me sonríe, acaricia mi mejilla y guarda silencio.
- Vuelvo a decir, yo lo conozco de.... ya sé ¿ trabajó Ud. en la compañía de Teléfonos?
- Noo chiquita, me dice nunca trabajé allí.
A estas alturas él ya me había abrazado paternalmente, yo creo que muerto de la risa al ver mi confusión por no poder ubicar su rostro. Y en eso, escucho voces a través de un transmisor y se me acerca un señor impecablemente vestido pero con " facha de guardia personal" que traía un ruido tremendo en sus bolsillos, el transmisor no paraba ,
el señor del Jockey hace un gesto y este hombre se detiene pero sin perderme de vista y permite que mi cliente se despida de mi con un abrazo y un beso diciéndome: eres una linda mujer, que Dios te bendiga y te lleve por buen camino. Ante este acercamiento el mentado guardia ya no resiste más y se acerca diciendo: el auto lo espera " señor Almirante "
¡ Juaaaaaaaa ! ¡¡ señor Almirante !! y yo ahí me quedo parada cual estatua de sal , pienso ¿ quién será él ? y en eso que caminaba para acercarme y preguntarle su nombre llega corriendo una señora bastante mayor, podría decir que de la edad de mi madre en esos años, y me dice:
¿mi hijita Ud. sabe con quién conversaba ?
- No , le contesto, ni idea, pero es un cliente muy agradable, me compró mucho... espero volver a venderle otro día.
- Y ella me grita y me dice ¡¡ era el Almirante Merino, era el Almirante Merino !!,
en el colmo de su euforia. Mejor ni digo como me sentí...última de tonta.
-Ahí recién caí en la cuenta que yo no lo conocía desde la Compañía de Telefonos, era nada mas y nada menos que uno de los integrantes de la Junta Militar que gobernaba mi país. Por eso lo recordaba y me era cara conocida, aparecía en los bandos, en las noticias a cada ratito y yo...en la Luna
Pero lo tomó con humor y afabilidad
¿como se habrá reido de mi ?
En mi vida fué una gran anécdota, toda vez que me acuerdo y la comento veo rostros incrédulos en algunas ocasiones, y en otras , de critica ¿ pero como no lo conociste ?
Si pues, cuando se es joven los intereses estan puestos en otras cosas, y ese dia faltaba solo media hora para que yo volviera a casa para disfrutar a mi pequeño bebé. El Almirante quedó en el olvido, y con los años le tomé el peso a ese encuentro y también cariño al personaje.
Asi puedo probar que también fuí joven alguna vez.
Han pasado justo veintinueve años desde entonces.
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