martes, noviembre 14, 2006

Ropa Nueva


Había olvidado lo entretenido y a la vez agotador que resulta salir a comprar ropa.

Será que a estas alturas de la vida uno recepciona todo de diferentes maneras.
Me encanta entrar en una tienda y... mirar y mirar. Por cierto esto complica todo porque lo único que logro es sentir una desorientación tremenda y olvidarme de lo que quiero comprar.

Me gustan las ropas de buen gusto, las telas finas , los botones no muy vistosos ,los colores suaves para combinar entre si,las prendas sutilmente insinuantes, pero nunca ajustadas y menos excesivamente sueltas.
La moda hippie elegante es mi debilidad.
Hubo una época en que era mi segunda piel, y aunque el tiempo ha pasado no puedo abstraerme a ella si me la encuentro en la tienda.

Pierdo cualquier tiempo mirándola y volviendo mi pensamiento al pasado.

Pero...bueno, otro problema es el probador.
Entrar en uno es un suplicio chino ( no sé porque se me ocurre que los chinos tienen suplicios retorcidos igual a sus ojos ) , estrechos, calurosos, con puertas que no cierran debidamente o cortinas que no quedan juntas y... muchos sin ganchos para colgar las prendas que uno se va quitando.
Les hablo de buenas tiendas, las mas lujosas, las que tienen mayor campaña de publicidad y marketing, las que nos atraen solo con sus espectaculares vitrinas.

Parece que sus Gerentes nunca han entrado en estos probadores.
Bueno pero ¡ por fin encontré una multitienda con unos probadores espectaculares ! tanto, que me pasé la tarde en ellos probandome diferentes ropas.

Y en eso estaba cuando de pronto siento sonar mi teléfono celular, ahi con una mano en el colgador y la otra sujetando el jeans que iba a probarme y el aparato sonar y sonar.
Mil rollos en mi mente. Mi esposo me esperaba afuera de la tienda en un café, con santa paciencia, pensé: no creo que sea él, luego reaccioné, pero si yo tenía su celular , no podía ser él,¡ fiuuu ! obvio, no era él. En esto que me zambullo en mi bolso de mano a buscar llega la dependienta y me dice - ¿ como le queda ? - tipíco se juntó todo , pero además tomé mal el bolso y ¡¡zas !! todo al suelo.
Un desastre, a posición cuatro pies a rastrear todo lo que se me había caído que no era menos... terminé transpirando.

Mi hijo no me había llamado en una semana pero se le tenía que ocurrir llamarme justo mientras estaba en un probador.
¡Claro fué motivo de risa para él! creo que se imaginó el cuadro.

Bueno al final solo compré una cosa y me sentía agotada.

... había esperado que fuera una tarde relajada y tranquila,

Pero volveré a intentarlo, solo que nada falta para Navidad, así es que no podemos hablar de compras relajadas.
Sobretodo cuando hay que comprar zapatos...mejor no pienso.

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